Adolescente melancólica. Cantante de éxito. Musa de los 60. Enamorada, celosa, decepcionada. Rota. Fascinada por cosas raras. Madre feliz. Sufriente de un cáncer, dada por muerta, superviviente y doliente. Defensora de la eutanasia. Françoise Hardy fue todo eso, aunque muchos la identifiquemos con una canción triste de los alegres años yeyés: “Tous les garçons et les filles”. Era 1962.

Programación - DANCE FM